sábado, 15 de marzo de 2014

LA TRAGEDIA DE UNA BROMA


aunque no corresponde a la fecha es la foto mas cercana a la imagen que podría tener las escaleras



Hoy viajamos en el tiempo al año 1817, en las escaleras de la plaza mayor de Caceres  todas las tardes y noche de verano, era el punto de reunión de las señoras de la villa, donde comentaban los asuntos del día, y las señoritas se leían, esas cartas de amor que se enviaban vía amiga, a la chica que le gustaba.
Todas las noches transcurrían de la misma forma, pero el 26 de agosto el asunto a tratar era el enlace de la joven Doña Teresa Ladrón de Guevara con el joven  Don Juan García Carrasco,
                      mujer 1: ¡oigan, oigan, adivine qué me contaron!.

                      mujer 2 : ¿no sé, dinos?.

                      mujer 1 : resulta que los padres de Doña Teresa se oponen al enlace con Don juan, 
                                    por la diferencia social existente entre ambos.

                      mujer 2 : ¿ y eso por que ?

                      mujer 1 : ¡ pues ella es  de sangre azul y el un plebeyo e hijo de un simple procurador!

                     mujer 2 :  si,  pero adinerado, ademas ellos se aman , se le ve cuando pasean por la 
                                     plaza, se nota que están enamorados

Cuando mas enfrascada estaban las señoras en la conversación, entre su labor de tijeras, 


a lo lejos se empieza a escuchar un sonido poco común a esas hora en la plaza, el ruido provenía de la calle pintores y las mujeres que estaban sentadas en las escaleras en su labor de costuras y cotilleo, escuchaban ¡ TOLÓN !  ¡TOLÓN! ¡ TOLÓN!. Eran unos cuantos ganapanes tañendo broncos cencerros y dando voces ¡ los toros , los toros ! ¡ que vienen los toros!.





calle pintores 

Como al día siguiente se había dispuesto una capea en la villa, las damas que estaban en las escaleras se levantaron asustadas, creyendo que eran reses de lidia se habían escapado, las madres buscaban a sus hijos y sus hijos a las madre y huyendo del peligro que se acercaba corrieron sin tino escaleras arriba hacia el arco de la estrella ,
Pero a rebasar el arco vieron avanzar por la calle del Adarve,
                                     


 un fantasmon de colosal  altura, vestido con una sabana blanca y en la cabeza una enorme olla con hendidura que figuraban los ojos, boca y nariz, y en cuyo interior ardía una luz que irradiaba por aquellos agujeros.
Esta aterradora aparición, produjo tal caos que empezaron a ocasionar empujones, caída, desmayos, ya que las mujeres que habían subido primero al arco de la estrella querían bajar, y las otras querían subir, los gritos de socorro podían oírse desde San Juan .
Cuando todo se acabo la imagen era horrorosa, mujeres sangrando, otras con ataque de ansiedad, al acercarse los hombres en ayuda de  las mujeres vieron el cuerpo de una mujer que no se movía, se acercaron y el peor de los presagio se confirmo estaba muerta, era doña Maria de Mendoza , la mujer del gobernador D. Demetrio Ortiz se había fracturado un brazo, a doña Carmen Cornejo le provoco un aborto, y fuertes contusiones a doña Maria Ignacia Porres y los desaguisados de menor transcendencia a las viandantes contertulias.
La justicia se puso en movimiento, empezaron a interrogar a unos y otros hasta que averiguaron que la deplorable broma se fraguo en la taberna de tío Vito " taberna llamada EL CECLAVINERO , situada en la calle Sancti Espíritu, frente a la calle nido, luego llamado BAR SUIZO ".

taberna del tío vito

La justicia apreso a los culpables, Joaquin Hernandez, alias " chinche", Juan Villar y a los compañeros que se ofrecieron a ejecutar la broma, que le condenaron al presidio durante un tiempo largo.
Desde ese día, temerosas renunciaron para siempre a las delicias del escalonado mentidero, al que solo acudieron ya en verano, gentes de menos tono a comer melones y sandias con el peligro para la vida de los transeúntes por la exposición de resbalar y caer cada instante.



escrito por : Alfonso Soler Rodriguez
          fuente consultada : recuerdos cacereños de Publio Hurtado 

1 comentario:

  1. No se si asurtarme por el susto, o asustarme, por si asusto, que me detengan. jajajja ¡¡¡

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