LA GITANA MARÍA SILVA

En este pasaje nos vamos al año de 1820, en la plaza mayor de caceres al principio de la calle pintores, esta el portal del pan y estaba el comercio de los seguras amplio establecimiento que cogía todo el portal , allí era habitual las tertulias de los ciudadanos cacereños, y la presencia de la gitana Maria Silva,que gozaba de bastante crédito como pitonisa y que estaba casada con un Montaño, familia muy conocida en caceres en la primera mitad del siglo.

portal del pan a la entrada de la calle pintores

                                 









Una mañana estaba don Isidro Parées y Herrera de profesión cirujano, en compañía del señor Tomás  unos de los dueños del comercio, cuando Maria  con un gitanillo de dos años asentado en la cadera, se acerco.
Señor Tomás, ayúdeme su merced con alguna cosita.
- No puede ser.
-Siquiera con un ochavito pa este probe niño enfermito.
- No seas pesada, ya te he dicho que no.
-¿ Ni su merced tampoco? pregunto al cirujano.
- ¡ Tampoco! respondió este con sequedad.
- paece mentira que un chavó de tanto aquel tenga tan poca caridad con una probe madre.
Don Isidro, se quedo de piedra  por la ironía de la gitana y la miro con desprecio,
y se dispuso a despedirla de malas maneras cuando apareció doblando la esquina don Gonzalo de Carvajal y Ulloa ( en 1835 fue alcalde de caceres y cuatro años mas tarde diputado de las cortes) acompañado de don Antonio Arce, marques del Reino,
¡ Buenos días! que hacemos tan ociosos, y acompañado de la Maria,¡ me apostaría de que esta vaticinando la buenaventura.
No crea usía,  ¡si son incapaces de sacramento! dijo con ironía la gitana.
Segura no oyó este comentario ya que unos de sus clientes entro en la tienda.
- Pues hombre, es lastima, porque esta gitana dice cosas estupendas, dijo don Gonzalo.
¿ Quiere usía que le revele alguna cosa que le interese?
-¿ Que me interese? respondió Carvajal, poco me podrás decir, aunque es mucho lo que quiero saber. Bueno ya que estamos, quiero que nos vaticines algo de todos los hombres que estamos aquí.
-¡Hombre Gonzalo!, respecto a todos dijo el marques y mirando con desprecio a la pitonisa.
-¿ Y por que no?.. tu déjate querer y oirás cosas peregrinas.
Vamos Maria esta es la pregunta, ¿ que hay o puede haber de común o idéntico de presente o de futuro entre el marques, parées y yo ?
- Murmurando la gitana, señorito ... esta pregunta es difícil de contestar.
 Gonzalo venga déjate de tonterías, - insistió el marques.
- ¡ que no, hombre ! ¿ ves que desconcertada ha quedado la gitana?... vamos a ver por donde sale. Y la respuesta tiene que ser categórica o , de lo contrario, pierde para siempre tu fama de adivinadora.
Esa posibilidad hirió a Maria, ya que de hay era el sustento de su casa.
Se quito a su hijo de la cadera y mirando fijamente a los tres señores.
- ¡ Pasen usías dentro, de la tienda.
- Pues entremos  - dijo don Gonzalo riendose.
Don Antonio Arce , refunfuño ya que no era muy partidario de estas cosas ,¿ veras como nos enreda esta mujer?
Don Gonzalo se quedo mirando con su sonrisa en la cara - pasa hombre, en todo caso ¿ qué vas a perder por ello alguna insignia de tu pecho?
Arce como atraído por su pariente y amigo , entro al comercio y tras el, el cirujano.
- Bien pues ahora me van a dar usías una mano.
-Allá va - dijo don Gonzalo alargando la diestra.
- No. tiene que ser la del corazón,osea se la izquierda .
-La gitana  cogiendo la mano de don Gonzalo miro al marques, ponga usía la mano sobre la de don Gonzalo.
Éste a su pesar, lo hizo sí.
- y ahora don Isidro .
Maria coloco sobre las tres manos la suya y la otra la puso debajo de todas abarcando así todas, y mirando a don Gonzalo.
- me puede repetir la pregunta.
Así lo hizo don Gonzalo:
-¿ En que acto o trance de la vida hemos de coincidir los tres?
Maria inclino la cabeza, cerro los ojos y murmuró conjuros, ensalmos y oraciones durante unos minutos.
-¡¿Pero vamos a estar así mucho tiempo? dijo , impaciente don Isidro.
- No señor, basta ya, respondió la gitana retirando las manos
-¿ que ya sabes el futuro que nos aguarda? dijo don Gonzalo.
- sí.
- ¿ Y cuál es ?
-Que los tres coincidiréis en la muerte .
- ¿ caramba! exclamo don Gonzalo, ¿ pues ahí es nada! el marques y yo somos militares y puede coincidir que muramos en el campo de batalla, pero y don isidro, como no se haga medico militar, no me lo explico.
- Pues no señor , observo la gitana.
-. puede que mueran así; eso yo no lo se mas les predigo solamente un detalle referente a cómo morirán.
- el marques descompuesto de los nervios se acerco a la gitana ¿ a ver  como va ser?
- Pues ninguno morirá en su cama.
los tres se miraron y con una sonrisa despidieron a la gitana no si antes dándole una monedas.
paso el tiempo y ya nadie recordaba aquel vaticinio. pero un día, pasados ya muchos años, el marques del Reino después de comer salió a caballo, a visitar una de sus propiedades. Su salud era excelente, pero al pasar frente al convento de san francisco cayó del caballo.las gentes que había allí corrieron a socorrerle, pero ya  estaba muerto, murió de un infarto fulminante

complejo San Francisco a principio de siglo.

a los dos años de lo ocurrido al marques, murió don Gonzalo de Carvajal. ¿ en su cama? ... pues no.  La ultima de sus excentricidades fue que lo trasladasen al coche que tenia colocado en el zaguán de su casa, y allí murió.

zaguán del palacio de carvajal

Don isidro que esos años había perdido ya la memoria y no pensaba en otra cosa que ver todos los días un retrato de la princesa de Éboli, de la que estaba locamente enamorado, y hay sentado enfrente del retrato se pasaba horas contemplándolo.

princesa de Éboli

también tenia una tendencia al suicidio que obligo a su familia estaba todo el día vigilando .

Pero un día  se descuido esa vigilancia, y don Isidro se suicidó arrojándose al pozo de su casa.

de la gitana Maria hay más historia que ya iré contando.

escrito por : Alfonso Soler Rodriguez.

  fuente consultadas:  recuerdos cacereños de publio hurtado;    
                                   la villa de caceres  antonio floriano