sábado, 3 de noviembre de 2012

LA MARIMANTA CACEREÑA




                                                 



   
 Antes quiero aclarar que eran las " marimantas", pues eran unas celestinas o alcahuetas que se    
cubrían con disfraces más o menos temerosos para proteger los amores prohibidos entre algún señorito y una doncella o mujer casada que, en todo caso no quería perder su reputación.
Como las calles estaban oscuras, se ponían en sitios estratégicos  con velas en la cabeza, y artilugios para parecer mas altas y toda serie de artimañas para asustar al que se atreviera a pasar por ahí.
La ultima marimanta que hubo en Caceres surgió por los años cincuenta en las proximidades del barrio de San Antonio. Allí aparecía de madrugada con su sudario blanco y su luz, dando unos sustos tremendos a los que, madrugaban o trasnochaban, que tenia necesariamente que cruzar por aquellas calles mal iluminadas y peor vigiladas. A decir verdad, no se metía con nadie, sino que permanecía estática, pero dando unos susto de muerte al que desembocaba por aquellas calles.
Esto es lo que le sucedió a Daniel, un joven panadero que tenia que salir de madrugada a su trabajo. La primera vez que la vio le dio tal susto que salio corriendo, advirtiéndola: Te libras porque no llevo la navaja, pero la próxima vez que me salgas, aunque seas un alma en pena, te rajo en dos.....





Así quedo la cosa y por varias noches la marimanta no volvió a aparecer, y el joven Daniel fue mas o menos tranquilo a su trabajo, aunque eso si, provisto de una navaja, a la que se agarraba nada mas que llegaba a las callejas peligrosas.
Una noche, en la que ya Daniel casi se había olvidado de la marimanta, le volvió a aparecer cerca de la plaza de los Pereros.

calle de los pereros







 No se cruzaron ninguna palabra, Daniel no se amedrento si no que fue a por el fantasma, que al verse perdida, se remango el sudario y empezó a correr como alma lleva el diablo, perdiendo la vela y demás atributos para asustar, consiguió llegar hasta la entrada del barrio judío, cuando trompezo con una piedra y dio de bruces en el suelo, y con el impulso de la caída se le subió el sudario a la cabeza, dejando al descubierto sus partes nobles.  en otra situación  aquel culo le hubiera dado otras intenciones a Daniel, pero tal era su ira, que le dio cuatro zurriagazos, a lo que ella empezó a decir "Daniel, hijo, no me pegues mas que soy la " seña" Petra y ando a la " cata" del seño Joaquin, que me han dicho que me la pega con una " furcia" que vive  por estas calles.
hay que aclarar que la "seña " Petra era una vecina de aquellas calles, sumamente celosa y el "seño" Joaquin, su marido que, aunque era un bendito, le gustaba salir de noche a negocios propios, y otras vecinas, por broma, envenenaban los celos de la Petra que en esta materia se lo creía todo..


                                                                  FIN

escrito por : Alfonso Soler Rodriguez


foto : Alfonso Soler Rodriguez

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