domingo, 4 de noviembre de 2012

EL REY ALFONSO XIII Y EL PASTOR DE CACERES
















Cuando el rey Alfonso XIII, era el joven monarca, y se encontraba por nuestra tierra cazando, ya que fue una de su aficiones preferidas, resulta que se perdió de sus compañeros de cacería, y llegando el mediodía comenzó a entrarle el hormiguillo del hambre , por lo que viendo una choza de pastores se dirigió a ella, vio a un hombre en la faena del pastoreo , y llamándole la atención  le rogó al pastor si podía satisfacer su apetito, eso si sin darse a conocer mas como un cazador que se había perdido de la partida.
El pastor le invito a entrar en el chozo, y echando unas tajadas mas para que cundiera para los dos.
Aquello olía a gloria y a gloria le supo, según confeso el propio rey, el plato de caldereta que en abundancia le sirvió el pastor en el plato de madera. Mas tarde, y con el estomago lleno le rey le pidió al pastor que le guiase al cortijo,  nuestro buen hombre le acompaño hasta el y en el camino hacia el cortijo el rey le dio conversación, entre otra cosa , le pregunto.
¬ ¿ sabe usted que el rey ha venido de caza a esta finca?
¬ Si señor, - contesto el pastor.
¬ ¿ Y usted sabe quien es - insistió Alfonso XIII.
¬ Pues no señor.
¬ Cuando lleguemos al cortijo, fíjese bien. Todos le saludaran con respeto y el sera el único que no se quite el sombrero
y así sucedió. todas las personas con las que se cruzaban inclinaban la cabeza y mostraban sus respectos al monarca quitándose el sombrero, cuando dio las gracias a nuestro vecino por haberle indicado correctamente el camino de vuelta, le pregunto.

¬¿ Sabe ahora ya quien es el rey?
El pastor contesto con aguda respuesta.
¬Aun me quedan dudas, o usted o yo, porque ninguno de los dos nos hemos quitado el sombrero.
el rey riendo a carcajada le invito a Madrid eso si con todo los gastos pagado, para hacer otro frite para sus amistades,
se le proporciono cuanto pidió para cumplir la promesa de hacer frite para las amistades reales... pero no salio tan bueno, y Alfonso XIII, con la sinceridad que le caracterizo siempre, se lo dijo abiertamente.
¬ Majestad, respondió el pastor, me ha faltado un cierto aderezo que no me han proporcionado.
¬ ¿ Que me dices, es posible que no te hayan proporcionado todo lo que has pedido, o es algo que se te ha olvidado traer a ti?.
¬ La culpa es vuestra, señor porque os ha faltado el cansancio y el hambre que teníais el dia que aparecisteis por mi chozo.

                                                       










                                               FIN
Escrito por : Alfonso Soler Rodriguez.


hasta el próximo pasaje 

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