Francisco GOYA murió cuando estaba exiliado en Burdeos a causa de sus ideas políticas y fue enterrado en el cementerio de esa ciudad junto con su amigo y consuegro Martín Goicoechea. En 1880, el cónsul español en Burdeos encontró la tumba de GOYA en estado ruinoso, y se puso en contacto con el gobierno español con el fin de trasladar sus restos. Cuando por fin obtuvo autorización para exhumar el cuerpo, vio que en la tumba había dos esqueletos y que a uno de ellos le faltaba la cabeza. Todo indica que tales resto correspondían a GOYA, puesto que estaba enterrado con el gorro del pintor, mas próximo a la entrada porque fue el ultimo en morir y el hueso de la tibia coincidía con la altura del pintor. Después de varios problemas administrativos, el féretro de GOYA y Goicoechea llego a Madrid donde fue enterrado primero en el cementerio sacramental de San Isidro y el 11 de noviembre de 1919 en la ermita de San Antonio de la florida.
Siguiendo con la historia, hay dos teorías sobre el paradero del cráneo del ilustre pintor. Una de ellas es que GOYA , antes de su muerte hubiera dado autorización al doctor Jules Lafargue para que le cortara la cabeza al morir y la estudiara en el asilo de San Juan de Burdeos, siendo trasladada posteriormente a la facultad de medicina de París. Esta teoría parece no coincidir con los testigos; la mujer del pintor Brugada, amigo de GOYA , declaro que el insigne pintor había sido enterrado entero ( ¿ porque si no lo iban a enterrar con gorro?) . Llegamos a la segunda hipótesis : un pintor, Dioniso Fierros, tenia una calavera en su casa y pinto un cuadro en 1849 dándole el nombre de CRÁNEO de GOYA. Uno de sus hijos, estudiante de medicina, la vio y se la llevo a Salamanca para hacer practicas, con uno de sus experimentos , estallo en pedazos. Como no sabia que hacer con los huesos, se los dio a un perro vagabundo.
FIN.
