La
bronca al alcalde
En otra
ocasión en la que vino el Rey Juan carlos I a Cáceres, estando de alcalde el mismo Alfonso
Díaz, todo el mundo sabía que se iban a producir protestas cuando éste
personaje, al que tampoco se ha rendido el debido reconocimiento, saliese al
balcón principal del Ayuntamiento. Desde una determinada opción política se
pretendía ofenderlo, humillarlo delante de los Reyes. La acción pasaba por
gritarle e increparle, circunstancia que pudo evitar si, ateniéndose a la
estricta verdad, hubiese reconocido estar resfriado; pero no quiso perder la
oportunidad, ni esconderse, y salió con los reyes al balcón, donde fue pitado,
pese a que en primera fila habían sido colocadas las estudiantes de la entonces
Universidad Laboral para que con sus vivas solapasen la bronca al alcalde, que
acabó llorando.

También, Alfonso Díaz de Bustamante como alcalde, a comienzos de los años 60, realizó el mayor expolio hecho a la ciudad de Cáceres: la demolición del Seminario de Galarza,(donde ahora está el parking) supuso la destrucción del denominado Cuartel Viejo y que, en realidad, era el seminario de Galarza, que por su composición arquitectónica, su superficie y por el valor de algunos de sus elementos, había sido declarado Monumento Nacional. Sin ningún miramiento, fue demolido.
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