sábado, 10 de noviembre de 2012

FRAY PEDRO FERRER Y EL MONASTERIO DE SAN FRANCISCO




fray pedro ferrer

El 23 de abril del año 1229, don Alfonso IX de León conquista la entonces villa de Caceres, sin otra soberanía que la de la Corona Real de León poder delegado en su concejo. A pesar de que algunos autores han facilitado otras fechas acerca de la conquista definitiva de Caceres, en el verso de la tapa primera del códice de los fueros conservado en el Archivo Municipal de Caceres, tiene pegado un papel en el que, con letra del siglo XIX, se indica.
"El fuero Municipal que concedió a esta villa el Rey don Alfonso, que gano a los moros en el dia 23 de abril, San Jorge, en 1267,confirmado por el Rey don Fernando, su hijo, en Alba de Tormes, a 12 de marzo de 1269".

don Alfonso IX de León

Sera don Sancho IV,en una carta fechada el 25 de febrero de 1285, el que conceda a los frailes de la orden de San Francisco de la Provincia de Santiago, privilegios y exenciones para sus personas y conventos. No obstante  sin que quepa alguna duda al respecto, tal párrafo del fuero Latino se esgrimió a la hora de negar a la fundación de un monasterio a fray Pedro Ferrer en los extramuros de Caceres.



El Corría el año 1472 cuando vino a Caceres con deseo de fundar aquí  el Fray Pedro Ferrer y dos compañeros del mismo instituto y celo, el venerable padre Fray Pedro Ferrer, del esclarecido linaje de los Ferreres de Valencia y pariente muy cercano de aquel gran santo y prodigioso predicador del Sagrado Orden de Predicadores, San Vicente Ferrer.


No eran buenos tiempos para fundar en Caceres, pues al parecer los regidores de la villa, no querían contravenir el Fuero Latino que concedía a Caceres con todas sus pertenencias, excepto a los " ordenados, cogollados, y a los que renuncias al siglo" y lo razonaba diciendo que era correspondencia porque " la regla de su orden prohíbe vender u obligar prendas con vosotros. Así le tuvieron durante un año y viendo Fray Pedro que no era capaz de romper este hilo surgido entre ambas partes, el y sus compañeros, hartos de llamar a una y otras puertas y no conseguir objetivos, montaron sus pertenencias en el burro que le acompañaba y decidieron dejar la villa.
Pero sucede que el pobre jumento que iba cargado de mantas y libros, 



necesitaba ser herrado, y paran en el potro de Santa Clara ( hoy plaza de Santa Clara) donde existía un taller donde se hacia tal menester. Pero había un problema, y era que los frailes no tenían dinero alguno con que pagar al herrador.
Es entonces que ven venir en su cabalgadura a caballero de gran porte y que salia por la puerta de Mérida.
Fray Pedro dirigiéndose  a este caballero le pide, que tenga a bien de darles una limosna para poder pagar al herrero
¬"Buenos dias tenga vuestra merced,  no tendría su vuecencia una moneda para poder pagar al herrero .
¬ Lo siento mucho padre, pero tengo por costumbre, cuando voy al campo, no llevar conmigo dinero alguno para evitar el riesgo de ser robado en el camino.
A lo que el franciscano replico.
¬Perdonarme que insista, pero un caballero de su porte.. ¿ como es posible que no lleve  moneda alguna?
¬ ¡ Me ofendéis padre! ¿ dudáis de la palabra de un caballero?
¬ No es my intención ofenderos, pero insisto en que busquéis en vuestra faltriquera, por si acaso hay alguna moneda, cuya existencia desconozcáis.
El caballero introdujo su mano en la falquitera, y para su sorpresa, toco algo y lo saco. Y los frailes comprobaron que su cara cambiaba de semblante y cuando saco su mano, que lo que estaba tocando era una moneda de oro, que el aseguraba , que cuando salio de su casa, en las inmediaciones de la iglesia de San Mateo, no llevaba. Se apeo de su caballo y se agacho a besar los pies del fraile mientras gritaba.
¬  Milagro, milagro! ¿ Este fraile es milagroso!.
El caballero e cuestión  no era otro que Don Diego García de Ulloa, noble caballero y llamado por excelencia [ EL RICO].
Es a partir de entonces, que para los frailes cambio todo, pues Don Diego, se comprometió a ser valedor ante el concejo del que era regidor, y también doña Maria de Ovando ofreció su ayuda económica para la construcción del monasterio.
Se le cedieron unos terrenos pantanosos, situados junto a la rivera del Marco donde en unos años levantaron con ayuda de los Reyes Católicos Isabel y Fernando y del arzobispo de Toledo
Don Pedro Gonzalez de Mendoza, y el obispo de Coria Don Iñigo Manrique. el actual complejo San francisco.
El acta del ayuntamiento de la concesión de los terrenos dice así

" Habiendo deliberado y decretado últimamente el ayuntamiento de Caceres de conforme consentimiento y con aplauso de todo el pueblo, que se erigiese un convento para el siervo de Dios Fr. Pedro Ferrer y sus compañeros y demás religiosos observantes que se agregasen en su comunidad, se dio la noticia de lo decretado al Obispo de Coria, en cuya Diócesis cae la villa. Era D. Iñigo Manrique de Lara, príncipe de grandes virtudes y a quien celebran las historia por Santo, justo, y que murió virgen habiendo sido Obispo de Coria y Jaén  y últimamente Arzobispo de Sevilla. Este prelado tan grande y santo no solo aprobó el decreto, sino que hizo parte con la villa y nobleza de Caceres para solicitar y efectuar con sus limosna la fundación  tan ilustre y abonados fundadores tuvo el convento, luego el Obispo y consistorio en su nombre y de todos los moradores enviaron a Roma por facultad del Sumo Pontífice Sixto IV, que siendo levantado de nuestra Región seráfica al pontificado, gobernada  la iglesia"


                                                                
convento de San Francisco

plaza de santa clara












                                                                  FIN

       Escrito por : Alfonso Soler Rodriguez.
      

Espero de os haya gustado .                                

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